domingo, 13 de diciembre de 2015

Tema 6. Las relaciones personales y colectivas: liderazgo, gestión e innovación en las organizaciones educativas

Relaciones Personales y colectivas en el proyecto Educativo

-El Proyecto Educativo debe recoger un objetivo claro a desarrollar lo largo del tiempo: “Mejorar el clima institucional del Centro”.

Relaciones Personales y colectivas en la planificación estratégica

-El planteamiento estratégico y la mejora del clima institucional está centrado en dos aspectos muy importantes:

  • Importancia de la mejora institucional y como consecuencia del compromiso de los agentes educativos.
  • El objetivo central de los líderes no debe ser el beneficio propio sino el convertir las escuelas que dirigen en organizaciones que aprenden.
-En el marco del artículo 123 de la LOE: 
  • Se debe desarrollar un proyecto de gestión en el que una de sus vertientes es el ámbito de los recursos humanos. 
  • Entre los instrumentos del mismo cabe la posibilidad de la implementación de un código de buenas prácticas docentes como ejemplo a toda la comunidad educativa.

  • La autoridad no es amistad. “Tenemos que dejar de ser un amigo que a veces educa para llegar a ser un educador que a veces es un amigo”.
  • La autoridad es el uso del poder en positivo, legitimado y acordado socialmente, aceptado por el que lo recibe.
  • La violencia es el uso del poder utilizado en negativo, impuesto sin aceptación de la persona, que deviene víctima de una situación no deseada.
  • La verdadera disciplina no se institucionaliza desde fuera, según una regla preestablecida, con prohibiciones y sanciones.
  • Es la consecuencia natural de una buena organización del trabajo y del clima moral de la clase. Ésta está bien organizada cuando niños y niñas tienen un trabajo interesante que se inscribe en el marco de la vida escolar y conseguimos una armonía casi total.
  • No hay desorden sólo cuando falta una organización del trabajo, cuando un niño o una niña no están conectados a la clase por una actividad que responda a sus deseos y sus posibilidades.


Liderazgo y progreso en la escuela 

El liderazgo es la capacidad del líder para conseguir que otras personas cojan como líneas de actuación aquellas que ha propuesto como premisas de mejora.


  • En general los directores y las directoras con capacidad de liderazgo pedagógico suelen ser también los más preparados para las cuestiones administrativas (OCDE, 2009)
  • Desempeña una función decisiva en la mejora de los resultados escolares al influir en las motivaciones y capacidades de los maestros, así como en el entorno y ambiente escolares. El liderazgo escolar eficaz es indispensable para aumentar la eficiencia y la equidad de la educación.
En el siguiente vídeo, podemos confirmar la importancia que tiene el liderazgo en la enseñanza, ya que cuando está función se desempeña correctamente, la calidad de la enseñanza aumenta.


Es el presidente de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Álvaro Marchesi, quien nos cuenta cómo debe ser el líder educativo del futuro próximo. Su discurso se estructura en cuatro partes: el nuevo tipo de liderazgo, qué se entiende por liderazgo educativo, los valores que necesita un líder educativo y la influencia del liderazgo en la mejora de la escuela y los alumnos.

Marchesi nos propone que el nuevo tipo de liderazgo debe girar entorno a: la autonomía de las escuelas, la innovación, las redes escolares, la adaptación al entorno y las nuevas tecnologías, ya que los alumnos cada vez están más en contacto con las nuevas tecnologías, y por ello las escuelas deben apoyar las nuevas iniciativas.

De esta manera, para que el liderazgo funcione en la actualidad, debe estar distribuido, es decir, los líderes deben estar compartidos en la institución. Los buenos líderes escolares necesitan acompañarse de responsables didácticos que también aporten nuevas propuestas.
Las características que deben cumplir son: tener una visión estratégica (hay muchos directores pero pocos líderes), ser capaz de generar confianza y participación, además de tener prioridad de la escuela hacia los procesos de enseñanza y aprendizaje, y ser capaz de abrirse a nuevas instituciones.
Este tipo de liderazgo, lo que consigue es transmitir el esfuerzo por hacerlo mejor, dedicación a los alumnos...

-Líneas de acción en el liderazgo centrado en el aprendizaje: (OCDE)
  •  Redefinir las responsabilidades. 
  •  Distribuir el liderazgo. 
  •  Adquirir las competencias necesarias. 
  •  Hacer del liderazgo una profesión atractiva. 
  •  Evitar el romanticismo en el liderazgo.
  •  Evitar el romanticismo en el liderazgo.

-Un liderazgo centrado en el aprendizaje: (OCDE)
  •  Centrarse en el aprendizaje como actividad.
  •  Crear condiciones favorables en el entorno del aprendizaje.
  •  Promover un diálogo sobre el liderazgo y el aprendizaje.
  •  Compartir el liderazgo.
  •  Responsabilización común por los resultados.


-Dimensiones que tienen relevancia sobre el rendimiento
  •  Promover y participar en el aprendizaje y desarrollo profesional de su profesorado.
  •  Planificar, coordinar y evaluar la enseñanza y el currículum.
  •  Establecer metas y expectativas.
  • Uso estratégico de los recursos.
  •  Asegurar un entorno ordenado de apoyo.

-Tipos de prácticas de liderazgo que tienen impacto en el aprendizaje de los alumnos 
  • Establecer una visión clara y un sentido a la escuela con una misión común de todos los miembros de la organización. 
  •  Ayudar en el desarrollo del personal (formación, habilidades sociales, etc). 
  •  Rediseñar la organización (motivación, cultura colaborativa, etc). 
  •  Gestionar los programas de enseñanza aprendizaje.

-Principales dificultades para el ejercicios del liderazgo:
  •  Resistencia del profesorado a ser evaluado.
  •  Resistencia sindical a la carrera docente.

-Factores más relevantes para conseguir el progreso y la mejora escolar:
  •  El profesorado.
  •  El liderazgo del equipo directivo.
  •  Pasar de una dirección burocrática a un liderazgo educativo.
  •  Entrar en la dirección pedagógica para la mejora del rendimiento.
  •  Dotando a la escuela de capacidad para aprender a desarrollarse.
  •  Profundizar en la autonomía del centro para la implantación de las mejoras.
  •  Frente a una centralización de la rendición de cuentas.
  •  Procurar el compromiso de los agentes con el progreso de la escuela.
  •  Fomentando la formación del profesorado en los temas centrales de la impartición del currículum y su entorno (rendimento académico).
  •  Promoviendo los cambios desde dentro de la organización (planes de mejora que nacen de la escuela).
  •  Comunidades docentes de aprendizaje.
  •  Promover el liderazgo compartido o distribuido (Harris,2008).
  •  Pasar del liderazgo transaccional (elegido por los compañeros, etc) al transformador (para evitar la vulnerabilidad de las reformas al depender de los electores).
Buenas prácticas

Los líderes de la Organización:
  •  Interactúan con los usuarios, aliados y representantes de la sociedad. 
  •  Refuerzan la cultura de excelencia entre las personas de la Escuela. 
  •  Supervisan la implantación de las políticas y estrategias.
  •  Comunican los cambios estratégicos y al implementación de las mejoras a la comunidad educativa.

Los líderes de la Organización desarrollan la misión, visión, valores y principios éticos y actúan como modelo de referencia de una cultura de excelencia.

Los líderes de la organización se implican personalmente para garantizar el desarrollo, la implantación y la mejora continua del sistema de gestión de la organización.

 Desarrollan planes de gestión de recursos humanos.

 Lideran la formación de las personas de la organización.

 Involucran al resto de miembros de la Comunidad Educativa.

 Fomentan la emergencia de nuevos liderazgos y la asunción de responsabilidades por parte de los mismos.

Promueven las actividades socio-docentes. 

 Fomentan la comunicación y el diálogo en el seno de la organización.

 Reconocen las buenas prácticas (recompensas, comunicación, reconocimientos). Institucionaliza las relaciones de la Escuela con las entidades colaboradoras.

 Se orientan los recursos económicos a la mejora de los resultados de la organización. 

Ponen en marcha planes de mejora de la gestión de los edificios y de los equipamientos. 

 Promueven las nuevas tecnologías en la gestión de la Escuela y en la atención a los usuarios.

 Ponen en marcha protocolos de gestión del conocimiento. Actualización permanente de del planeamiento estratégico. 

 Dan ejemplo gestionando escrupulosamente y con excelencia los procesos candentes que son de su competencia.


Otras buenas prácticas

Detectan los temas conflictivos que lejos de añadir valor a la organización, pueden deteriorar el clima institucional. 

 Reconocen los errores propios públicamente. 

 Ayudan a los antagonistas a salir de sus errores. Les tienden la mano y no redundan sobre el fracaso ajeno. 

 Gestionan los momentos críticos sin impulsividad. Administrando los tiempos. 

 Gestionan la calidad laboral de los trabajadores con transparencia y ecuanimidad.

 Evalúan y revisan su propio liderazgo.


El proceso de aprendizaje del liderazgo 


 Todas las personas tienen potencialidad de liderazgo. 

 El progreso en el liderazgo es un proceso ligado al ambiente e independiente de cuestiones genéticas. 

 Para que el proceso de crecimiento intelectual en el ámbito del liderazgo de las organizaciones sea eficaz debe ser bien planeado. 

 Siempre se puede mejorar la capacidad de liderazgo de una persona. 

 Las mejores organizaciones no tienen un solo líder 

 Una organización madura ha conseguido la distribución y coherencia de sus liderazgos. 

El crecimiento en el liderazgo está muy relacionado con el concepto de “autoritas”. Tiene que ser reconocido por los compañeros y por la Comunidad Educativa y no impuesto. 

 No existen los buenos colegios sin liderazgos.


Según Josep María Lozano y Ángel Castiñeira, destacan que hay cuatro modelos que pueden ser válidos para el ámbito educativo:

El liderazgo transformacional, orientado más allá del propio interés. Eleva el nivel de conciencia y de propósito de todo el equipo en relación con un proyecto compartido. Incluimos dentro del liderazgo transformacional tareas fundamentales del liderazgo pedagógico como: articular una visión educativa (el proyecto de centro), movilizar al personal desarrollando la misión educativa y los objetivos, implicar a los padres y los alumnos, hacer rendición de cuentas, interpretar y articular las tendencias sociales, económicas y medioambientales para relacionarlas con las necesidades y las prácticas escolares. No hace falta decir que en un centro escolar el liderazgo pedagógico es el fundamental, es su alma, lo que da sentido último a la dimensión de compromiso e incluso de vocación de la tarea docente, porque gracias a él los sueños toman cuerpo y se encarnan en proyectos concretos, únicos y singulares, anhelados por una comunidad.
El liderazgo servidor. Este pone en juego un nuevo principio moral: la única autoridad que merece nuestro apoyo es la que es libre y conscientemente dada al líder por los colaboradores, como respuesta y en proporción directa a la evidente y clara talla del líder como servidor. Estamos hablando de una forma de liderazgo basado en el deseo de servir a los demás y a un propósito más allá del interés personal. El liderazgo servidor hace que los conceptos de poder y de autoridad sean reexaminados desde un punto de vista crítico, y que la relación mutua sea menos opresiva. La mejor prueba del liderazgo servidor reside en evaluar el efecto de esta tarea sobre los miembros menos privilegiados de la organización y la comunidad, desde los educadores hasta los alumnos: ¿se beneficiarán? ¿serán más libres, más independientes? ¿crecerán como profesionales y personas? Servir y guiar acaban por convertirse, pues, en dos funciones de los “constructores positivos” de un centro mejor, es decir, de un liderazgo orientado al bien común.
El liderazgo responsable, que cuida de los valores comunes, de la comunidad en la que actúa. Ofrece inspiración y perspectiva sobre el futuro deseado. Apoya a todos los miembros. Crea sentido y significado. Ignacio Ellacuría distinguía entre “hacerse cargo de la realidad”, “cargar con la realidad” y “encargarse de la realidad”. Las tres expresiones guardan relación con el liderazgo responsable. Hacerse cargo de la realidad significa entender implicadamente las situaciones. Cargar con la realidad implica asumirla y servirla en las situaciones, y no servirse de ella. Y encargarse de la realidad significa actuar con involucración, construyendo la realidad. Las tres versiones forman parte de una especie de inteligencia práctica y de inteligencia ética que se daría en el liderazgo responsable.
El liderazgo distribuido. El liderazgo no es algo que hacemos a otras personas, sino algo que hacemos con otras personas. En el caso del liderazgo educativo es fundamental saber hacer el paso del Me al We, del yo al nosotros. En los centros, necesitamos un proyecto conjunto, no un conjunto de proyectos. Sólo podremos lograr una visión compartida si todos trabajamos en colaboración al servicio de un objetivo común, mediante diferentes comunidades (o unidades) de liderazgo. Porque el liderazgo no es una cuestión de élites, sino de escalas. El liderazgo educativo permite el paso del modelo de líder centralizador (ordenar y controlar) al de líder distribuidor (coordinar y cultivar). Del modelo autoritario al modelo facilitador, de mandar a saber crear compromiso y de imponer a crear objetivos comunes. Esto significa combinar o a veces sustituir la opacidad por la transparencia, el control por la confianza, el ordeno y mando por el compromiso y la participación, el liderazgo desde arriba por el liderazgo en todos los niveles, el foco en las tareas por foco en las personas, o el énfasis en la competencia interna por el énfasis en la colaboración interdepartamental. Lo que necesita es, más bien, promover su entorno la aparición de personas dispuestas a asumir responsabilidades sobre iniciativas, proyectos y encargos.
 Para finalizar, en el siguiente vídeo podemos ver como el experimento que hizo Lewin prueba como la personalidad de un grupo no viene determinado por sus características personales sino por la personalidad del líder. Es decir, dependiendo como sea la actitud del profesor, será la de los alumnos.

En el experimento se hicieron tres grupos de niños, con distintos tipos de liderazgo para ver como variaba la actitud de estos dependiendo del líder que tuviéran. Bajo el líder autocrático, los chicos trabajaban más duro, pero solo mientras él estaba, eran más agresivos y hostiles, y mostraban total sumisión ante este. Bajo el líder liberal, los niños hacían el mínimo trabajo posible y de la peor calidad, llegando al caos total. Sin embargo, con el liderazgo democrático, mostraron los índices más altos de motivación y originalidad y mayor intercambio de elogios, en definitiva, fue el que mejor funcionó.

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