En esta práctica, tras haber visto cuales eran las cualidades que debe de cumplir un persona para ser un líder, realizamos un test y un cuestionario para ver si nosotros también podíamos ser líderes, o por el contrario no cumplíamos los requisitos necesarios.
El test constaba de 15 afirmaciones, las cuales había que decir si eran verdaderas o falsas, basándose en uno mismo.
Algunas de las preguntas eran las siguientes:
-Me considero una persona abierta, flexible y generosa.
-Soy una persona creativa, y me intereso por las novedades que surgen.
-Defiendo mis ideas, cuando estoy convencido de ellas sin esperar la aprobación de los demás.
-Mi trabajo siempre da resultados positivos. No me equivoco en mis decisiones ni en lo que hago, y ello es debido a mi esfuerzo.
Por cada verdadero obtenido, se sumaban 3 puntos (excepto algunas).
Sumando todos los puntos, yo obtuve 42, lo cual significaba que si que tenía muchos de los dotes que se necesitan para ser un líder.
Sin embargo, los resultados del cuestionario no parecían decir lo mismo.
El cuestionario, elaborado por Carmen Ávila de Encío (Doctora en C.C de la Educación), también constaba de 15 preguntas, las cuales había que contestarlas en función de la frecuencia con la que las realizases (A: nunca, B: casi nunca, C: a veces, D: casi siempre, E: siempre).
Algunas de las preguntas fueron:
-Le agrada realizar actividades nuevas.
-Sugiere nuevas ideas.
-Tiene confianza en sus propias fuerzas.
-Toma la iniciativa a la hora de emprender algo nuevo.
-Le agrada dirigir actividades en grupo.
Cada letra tenía un valor: A=0, B=1, C=2, D=3, E=4.
Sumando todos los puntos, obtuve un total de 35, lo cual quería decir que podría considerarme líder pero cumplo ítems que no pertenecen a ser un buen líder.
Finalmente, estos tests nos ayudaron a conocernos un poco más a nosotros mismos ya darnos cuenta de si realmente serviríamos para estar al mando de un colegio.
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